miércoles, 8 de octubre de 2008

DEMOCRATIZAR EL DEPORTE por Pedro Ramón Bonnettini

“DEMOCRATIZAR EL DEPORTE” *


“Democratizar el Deporte”, no debería quedar solo en un buen eslogan, en un buen mensaje y en una buena intención.

Esta tarea es particularmente difícil en el área del deporte federado por la variada complejidad de sus componentes. ¿Entonces, como hacerlo?, como lograr que en esta “gran ensalada, tengamos la capacidad de alcanzar el equilibrio entre tantos y variados sabores”

Para empezar a “Democratizar el Deporte en el Área Federada” es necesario lograr que los dirigentes, técnicos, jueces y deportistas empiecen a incorporar a sus hábitos la aplicación de estos “Diez mandamientos” y repetir:

Tengo la responsabilidad de:

1. Crear los espacios para escucharnos,

2. Darme la oportunidad de conocer al otro,

3. Tener la capacidad de aceptarnos pese a las diferencias,

4. Entender que la visión de una misma realidad, tiene diferentes “imágenes”.

5. Tener la capacidad de aceptar la crítica,

6. Tener la capacidad de hacer una autocrítica,

7. Tener la capacidad de prepararme para los cambios,

8. Tener la capacidad de capacitar y motivar los recambios generacionales,

9. Entender que practicar la democracia, no es solo emitir un voto, es dar espacios, es dar participación, es aceptar la demandas de las bases y es generar acciones que estén lo más cerca posible de la gente,

10. Tener la capacidad de saber retirarme a tiempo de la gestión ejecutiva, para ser un calificado asesor o lo que nuestros pueblos originales llamaban Consejos de Sabios o ancianos. “Arandú” para los guaraníes.

La actividad federada no es una isla dentro de la actividad física, el deporte y la educación. Sufre y tiene su parte de responsabilidad en la crisis general y hasta “terminal” que sufre la actividad en América del sur (salvo dos honrosas excepciones: Brasil y Venezuela).

Debemos hacer un análisis sincero y honesto de la realidad, y para ello es fundamental tener muy claro la conducta y las responsabilidades históricas (acción u omisión) de quienes nos llevaron a estar como estamos.

Recién allí, podremos hacer un diagnostico de la enfermedad y como consecuencia saber cuales son los antídotos necesarios para atacar el virus que nos tiene postrados, inmóviles y sin futuro.

¿La pregunta es?, tendremos todos “la actitud” o “la grandeza” de decir lo que hay que decir, aceptar lo que hay que aceptar y reconocer lo que hay que reconocer.

Hablaba en la 1º parte de las responsabilidades, de los modelos y de las circunstancias que hacen que en el deporte (como en otras áreas) se hayan construido sistemas autoritarios, corruptos y hasta ilegales.

Estos sistemas funcionan con éxito ante la indeferencia general, el sometimiento de los que están bajo del poder, la ausencia del Estado y la complicidad de la prensa, todo oculto bajo un barniz de democracia, legalidad, transparencia y honestidad.

“Todo es consecuencia de algo, los malos hábitos, son la repetición de los malos ejemplos” Por eso afirmo que dentro de esta gran ensaladera, conviven dos modelos:

a) el dirigente deportivo que hace de su gestión una actividad social y solidaria.
b) el dirigente deportivo que usa su gestión para ganar espacios de poder, para ser dueños y señores de la actividad y para hacer grandes negocios.

Sin tener intención de disimular los errores, el primer caso, puedo considerar como atenuante en la condena, que la mayoría de ellos:

Se destacan por el compromiso social,
Se destacan por el voluntariado y por el sentimiento,
Sufren la falta de formación técnica / administrativa en gestión deportiva,
Sufren la falta de métodos oficiales de capacitación y perfeccionamiento,
Luchan y se debaten en soledad, por que más allá de las críticas, a la hora de trabajar, comprometerse o poner la mano en el bolsillo están solos y esto hace que sean una más, de las muchas razas en extinción.

Los otros, los del segundo ejemplo, son los más conocidos y son los que con su conducta, hacen suponer que todos los dirigentes son iguales, cuando no es así.

Estos “señores feudales del deporte”, reciben los favores del estado y de la prensa, viven acostumbrados al lujo, a las pleitesías y a la sumisión de sus súbditos. Todo por temor, por obsecuencia o por que esperan recibir algún hueso del festín del poderoso.

Es tanto el poder que poseen, que están provistos de fueros especiales, gozan de la impunidad, se burlan de la ley, compran favores y votos y son a quienes el estado, primero consulta sobre los modelos de políticas sociales deportivas.

EJEMPLO: Cuando decía que los malos hábitos son consecuencia de los malos ejemplos, puedo poner en 1º lugar la entidad mundial, símbolo de la ética, del respeto, del derecho a la igualdad deportiva y del Fair play.

Nadie más alejado del espíritu olímpico, que las conductas dirigidas, antidemocráticas y obsoletas de los Comités Olímpicos. A pesar de ello los estados toman como modelo deportivo lo que ellos proponen o dictan y todos los funcionarios estatales viven colgados de las medallas olímpicas que se puedan conseguir para justificar su gestión, cuando la realidad pasa por otro lado.

Este modelo se repite “casualmente” en todas las grandes potencias deportivas, cuando más poderosas son, más arraigado es el modelo de los “Tirano saurios”

“Unir, escuchar, participar, entender, dar, servir, conciliar que es igual a espacios, que se ganan y espacios que se pierden, compromiso, idealismo, realidad, necesidad, pasado, futuro, honestidad, grandeza, humildad, conocimiento, legalidad, capacidad de gestión y respaldo moral e intelectual “. Son algunos de los componentes que se integran en una sola frase: “Democratizar el Deporte”

Se toco en la 1º parte, la idea general, en el 2º la existencia de los dirigentes que podemos clasificar como “Los Tirano saurios”, una raza que solo avita donde existe el poder y el dinero, faltaría mencionar la otra raza, la más humilde y de la que mayor cantidad hay “Los Necesarios”. Que, son aquellos que con trabajo, esfuerzo y voluntad, sostienen el deporte federado amateur. Los que permiten la existencia del deporte ante la ausencia del estado, podemos reconocer que su trabajo y sus gestiones pueden ser mediocres en todo sentido, pero están sostenidas por el amor, el voluntariado y el compromiso social.

“También decía que los malos hábitos son la repetición de los malos ejemplos” y en ese sentido debo decir que quién más malos ejemplos da, es el Estado que históricamente (salvo honrosas excepciones) ha mantenido una política deportiva dañina, ilegitima, sostenida en acuerdos con los poderosos y la marginación de los humildes, colgada de un medallero falso y alejado de la realidad, encerrados en el autismo del poder, alejados de la gente y de las bases sin planificación y sin futuro.

La línea de pensamiento y los malos ejemplos se repiten, gobierno tras gobierno y se las puede definir en…..:

El Estado no entiende la importancia del deporte ni que debe ser una más de las políticas sociales en coordinación con la educación y la salud.
El Estado no le da importancia al deporte, no le asigna los recursos necesarios al área y como para ellos es una cuestión menor vive cambiando de lugar de dependencia, cuando debería ser un Ministerio.
El Estado confunde la éxitosa carrera deportiva de una persona “con la capacidad de gestión deportiva necesaria para administrar el deporte”.
El Estado se cierra y no escucha a quienes son los que con acierto y con errores sostienen el deporte desde siempre en todo el país.
El Estado Ignora la capacidad, la formación y la historia de muchos, que está dispuestos a trabajar y a colaborar en una clara muestra de mediocridad y de temor a que queden al desnudo sus incapacidades.
El Estado planifica sus políticas deportivas, solo con los responsables deportivos de los estados provinciales, quienes en su gran mayoría no tienen poder de decisión (por que las provincias repiten el modelo de nación) y no pueden ser críticos, por que si no se les lesiona la recepción de los pocos recursos que recibe.
El Estado elabora proyectos y programas que bajan “enlatados” a las provincias, ignorando las realidades, las diferencias y las necesidades que existen en un país tan grande como el nuestro.

Todo lo mencionado y muchas cosas más que iremos hablando, son la consecuencia de una sola realidad: “LA FALTA DE DEMOCRATIZACIÓN DEL DEPORTE”.

Muchos afirman en tono crítico: “no hay política deportiva”, falso, existe un modelo que en los últimos años, agudizo su sistema de conducción “unitaria” iniciado por la gestión del Prof. Livio Forneris.

Cuales son los fundamentos de esa política deportiva:

No cumplir la Ley Nacional del Deporte y Recreación Nº 20.655.

Ignorar y marginar a las Organizaciones Civiles Deportivas que podrían ser importantes auxiliares del Estado, como la Confederación Argentina de Deportes (perseguida, por todos los gobiernos militares e ignorada por la democracia).

Adoptar el modelo lo que le baja el Comité Olímpico, cuando la realidad social, estratégica, de infraestructura, de planes de desarrollo y de contención del Estado, nada tiene que ver con ese modelo de alta competencia.

Atomizar las voluntades y condicionar las opiniones con el uso de subsidios.

En este caos, es fácil “conducir” y hasta retar a los Dirigentes pero la verdad indica que quien menos facultad moral tiene para criticar o fiscalizar a las organizaciones civiles del deporte es el Estado, por que es el que primero incumple con la Ley

¿Como se puede planificar? si no se conoce la realidad, en base a que datos se pueden tomar decisiones, apoyados en que estadística sostienen sus proyectos.

Nunca se cumplió con lo que dice la Ley, que indica hacer un Censo Nacional Deportivo, nunca se cumplió con exigir el cumplimiento del Registro Nacional de Deportistas Federados, para que en base a esos resultados, planificar una política deportiva ajustada a lo que la gente practica en cada lugar.

Hace unos años la Secretaría de Deporte faculto a la Confederación Argentina de Deportes a hacer el Registro, solo cumplieron con la Ley unas 20 Organizaciones Nacionales, las demás, no lo hicieron por una sencilla razón: Este censo desnudaría la realidad de muchas organizaciones que en verdad no son lo que dicen ser y demostraría que detrás de las exitosas gestiones de sus dirigentes, en lo deportivo hay poco y nada.

Ante esta situación la reacción lógica, coherente y razonada del Estado debería haber sido “Señores, hasta que no cumplan con la Ley no podrán recibir ningún tipo de apoyo del Estado”. Pero para sorpresa de unos y alegría de otros, eso no paso, se ignoro la situación irregular de “los amigos” y no se le renovó la facultad otorgada a la CAD, para que no se moleste a quienes son parte de un circulo de bendecidos, que existen nada más que por esa situación.

Si sos parte de la Elite Olímpica, tenes prioridad en los apoyos económicos, en la infraestructura y en los programas. Si solo sos parte del Olímpismo Panamericano, la ayuda es menor y si no estás en ninguno de los dos, no tenes nada, ni siquiera correspondencia oficial.

No importa que tengas una organización federal seria y representativa, que estés en pueblos y regiones geográficas olvidadas por todos, que tengas miles y miles de practicantes, que tengas autogestión y papeles al día, porque el Estado prioriza grupos minúsculos de deportes que viven y existen nada más que del Estado.

No puede existir DEMOCRACIA EN EL DEPORTE, cuando el propio Estado califica en clases a los deportistas y los divide en Ciudadanos de 1º, Ciudadanos de 2º y Ciudadanos de 3º.

“Esta conducta inconstitucional nos remonta a otras épocas donde con la excusa del Orden podías ser protegido o perseguido”.

Los funcionarios del Estado que dividen al deporte en clases, que no escucha y que margina, se olvida que la Dirigencia Deportiva Legitima y comprometida en lo social está desde siempre y en toda circunstancia:

Cuando hay dinero o cuando no lo hay.
Cuando el Estado está ausente.
Cuando hay democracia.
Y cuando no hay democracia, son los que sostienen la figura de las instituciones democráticas.

En cambio en el grupo de los poderosos, el de los escuchados y honrados, hay muchos que deberían al menos explicar sus conductas en otras épocas del país.

Estoy seguro que la Ley 20.655 es la mayor expresión de “Democracia en el Deporte” y es sorprendente que sea ignorada por quien debería dar el ejemplo de democracia “El propio Estado”.

Esta Ley, integra diferentes órganos de conducción y participación, surge de las bases y llega luego de diferentes pasos a la máxima conducción nacional de modo que las medidas adoptadas estén lo más cerca posible del pueblo y la realidad

Síntesis de la Organización Democrática de la Ley 20655

1º Etapa: Consejo Municipal de Deportes (en cada municipio del país).
Se integra por el Director de Deportes Municipal, por las fuerzas sociales (Maestros, Jueces de Paz, etc.), Dirigentes de clubes, prof. de Educación Física y Deportistas.
Función: Definen la política deportiva del municipio en función a sus necesidades y realidades en consonancia con los programas y proyectos posibles. Eligen democráticamente un delegado para integrar el Consejo Zonal.

2º Etapa: Consejo Zonal de Deportes (se divide el estado provincial en zonas y en ellas se juntan los Consejos Municipales del la zona) y se integra por todos los Delegados representantes de los Municipios de la zona.
Función: Define la política deportiva de la zona en función a sus necesidades y realidades en consonancia con lo sugerido desde los Municipios) Elige democráticamente el Delegado de la Zona al Consejo provincial.

3º Etapa: Consejo Provincial del Deporte, reúne al representante oficial del Gobierno Provincial, a un representante del Ministerio de Salud, a un representante del Ministerio de Educación, todos los Delegados de las Zonas que se integran con los Municipios, Dos Dirigentes Deportivos, elegidos por ellos mismos y un representante del Periodismos Deportivo elegido por ellos mismos. Función: Igual a las anteriores y eligen democráticamente entre todos ellos a dos representantes (uno oficial y uno particular) para integrar el Consejo Regional de Deportes.

4º Etapa: Consejo Regional del Deporte, Capítulo IV, Artículo 9º Reúne a todas las provincias del país que en zonas dividió la Ley, por ejemplo la Región VII junta a Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones, son ocho zonas en total. Función: Reunir todas las propuestas nacidas desde las sugerencias de las diferentes etapas, las coordina y las prepara para ser elevadas al Consejo Nacional del Deporte, para que sean escuchadas y tratadas en el ámbito nacional. Democráticamente elije un representante de la región de entre sus miembros para integrar el CONADE.

5º Etapa y última. Consejo Nacional de Deportes, Capítulo III, Artículo 7º: Reúne al Secretario de Deportes de la Nación (y sus asesores, sin voto) a los ocho Delegados de las Regiones Deportivas, a un representante del Deporte Profesional, etc. y son sus funciones:

Articulo 8º.
a) Asesorar en la coordinación de las actividades deportivas en todo el territorio de la Nación y provincias adheridas.
b) Contribuir a elaborar planes, programas y proyectos relacionados con el fomento del deporte, elevarlos a la autoridad de aplicación para su aprobación y ejecución.
c) Asistir a las instituciones que se dediquen a la práctica y desarrollo del deporte en los aspectos técnicos, sociales y económicos y de infraestructura.
d) Elaborar, para su posterior consideración y aprobación por parte de la autoridad de aplicación, el presupuesto anual de recursos y aplicación de los mismos, provenientes del Fondo Nacional del Deporte.
e) Aconsejar la aprobación de planes, proyectos y programas que le sean elevados para su consideración.

El Capítulo V, de la Ley crea el Consejo de Coordinación y dice en su Art. 11.- A los fines del cumplimiento de los dispuesto en el artículo 8º inciso a) de la presente Ley, crease el Consejo de Coordinación, que estará integrado por representantes de las fuerzas armadas, del Ministerio de Cultura y Educación, de la Confederación General del Trabajo y demás organismos que determine la reglamentación.

Este Consejo, muy resistido en su momento por la gran mayoría, en estos momentos del país seria de utilidad con las limitaciones que pondría una reglamentación adecuada.

No creo exista un modelo más democrático que este, que no exige al Estado mayor presupuesto de funcionamiento, ya que la mayoría son funciones ad honoren y solo se deberían cubrir los gastos de viáticos y traslados de los miembros de los diferentes consejos, gasto repartido entre municipios, provincias y Estado Nacional de modo que esto no es un motivo para no ponerla Ley en funcionamiento.

La excusa más común es: Hay que modificar la Ley y debemos trabajar en una nueva, con esa práctica pasan los años y se sigue igual, “Lo que se debe hacer 1º es cumplir con la Ley existente, para luego, sobre la experiencia adquirida proponer los cambios necesarios”. Pero cumplir con la Ley, supone “compartir las decisiones, escuchar al pueblo, aceptar la opinión de los demás y cumplir sus demandas”. Que no es nada más que cumplir con la obligación y deberes del funcionario público y parece ser que esto es lo que no se quiere.

Al inicio, decía que hacia excepciones con Brasil y Venezuela en lo que hace la visión del Estado y el deporte y en mi opinión Brasil mantiene una coherente política deportiva desde hace tiempo y a generado políticas impositivas de apoyo a la práctica y fomento del deporte y la construcción de infraestructura deportiva. Los resultados están a la vista.

En Venezuela, se instaló un modelo de desarrollo del deporte con la creación de un Ministerio con un presupuesto propio e importante y la contratación de instructores de todo tipo y de todo el mundo para formar y capacitar a todos los involucrados en el área. Fomentando el desarrollo de las bases para sostener la pirámide del deporte desde el pueblo y no como en Argentina desde las elites. Los resultados serán noticia en breve.

Compañeros de camino en esta estoica lucha por nuestra utopía; nos dicen con la mejor de las intenciones que una de las cuestiones pendientes en la democratización del deporte “es modificar las legislaciones de las entidades e integrar a la conducción a los atletas, jueces, técnicos, etc. etc.”

Coincido en la idea, pero, también soy conciente de que esta acción no es tan fácil de lograr de inmediato ya que está integrada por muchos condimentos y la solución es muy compleja.

En lo que hace a la legislación de las entidades, “los estatutos son la herramienta que en muchos casos da legalidad a la ilegalidad”. Los dirigentes que necesitan de estas herramientas para mantener su espacio de poder, cuentan con la protección de la Ley, que por acción o inacción pasan a ser partícipes o cómplices necesarios.

Como por ejemplo cuando aprueban un Estatuto cargado de normas antidemocráticas y autoritarias.

En una de las más importantes organizaciones deportivas de país, los delegados solo eligen al presidente y este es quién nombra a todos los demás miembros del Comité Ejecutivo. Es decir una organización a la medida de quién es elegido presidente, ya que como es obvio, sus elegidos, le garantizan obediencia debida durante toda su gestión.

En este caso, como en otros, como el de la prestigiosa organización nacional, representante de de un formidable multinacional del deporte que ignora olímpicamente sus orígenes, la votación esta condicionada al poder de turno, que es quién maneja “la chequera, los ticket de viaje, los viáticos y los favores”.

Esta situación hace que de hecho se ignore los derechos de la oposición y de las minorías; y confirma la triste frase que dice que cada hombre tiene su precio o al menos muchos de ellos.

La pregunta es ¿donde están los órganos de aplicación de la Ley que debe garantizar la participación y los derechos de las minorías?

1ra. Complejidad:
En la situación actual, ni los dirigentes tienen garantizada la participación democrática en sus entidades, cuando en estas la prioridad son los negocios.

En las otras entidades, las que subsisten del peculio personal de los dirigentes, padres y atletas, no existe la situación anterior. Es difícil conseguir personas para integrar una comisión y generalmente luego de la Asamblea, solo quedan dos o tres para sostener la gestión para la que “todos” fueron elegidos.

La experiencia me indica que los atletas, los jueces y los técnicos, tienen su propia visión de la actividad y esta se circunscribe únicamente a su actividad y a sus intereses y poco y nada con el interés general de la actividad.

En estos últimos diez años en mi deporte, trabajamos en la formación y promoción de dirigentes jóvenes, tal es así, que hoy el promedio en nuestra organización de 19 estados o regiones deportivas, el promedio de edad de nuestros presidentes está en los 44 años, tres de ellos son ex atletas y dos son ex árbitros, de modo que es posible avanzar en la generación de nuevos dirigentes surgidos de esas áreas.

Estoy convencido que mientras los atletas, los jueces y los técnicos estén en actividad, no les interesa el trabajo federativo. Pero si me parece muy importante constituir órganos consultivos de las tres actividades por separado a efectos de obtener la opinión de las bases, conocer sus inquietudes, sus necesidades y sus críticas.

Sugiero además estar atentos a estos consejos consultivos, para observar quienes tienen el perfil, la formación y la capacidad de ser un futuro dirigente para trabajar con él y darle las herramientas que necesite para conocer íntimamente la actividad y prepararlo para el futuro recambio de las conducciones institucionales.

Pedro Ramón Bonnettini
LE Nº 8.438.647
Dirigente Deportivo
03752 - 15345252
dguayra@fibertel.com.ar
* Texto presentado al III Foro MercosurLatino, Quito, ECuador, 7 al 11 de octubre de 2008

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